Un hermano hondureño de cámara avanzada y que actualmente vive en Estados Unidos, nos ha enviado unas experiencias que llaman a la meditación.
Hermano, mientras dormía tuve la siguiente experiencia onírica: vi a la Virgen en el cielo llorando, mire su rostro hasta la altura del pecho, su piel era color canela, sus ojos café claro y tenía un manto en su cabeza que sobrepasaba sus hombros, su manto y su vestido eran de colores verde, morado, blanco, amarillo, azul, semejante a un arcoiris, su rostro y su cabeza irradiaban luz como el sol y miré que lloraba mirando hacia el noreste, aproximadamente 15 grados del este al norte y yo la miraba desde el suelo. Recuerdo que sentí un sentimiento de culpa, le dije: ¿por qué lloras madre mía? e inclinó su cabeza, me miró y vi como sus lágrimas salían de sus ojos, mire en su mirada una gran ternura y me puse a llorar profundamente. Volvió su mirada al noreste y también volteé a ver al noreste (viendo el noreste de mi país Honduras), vi una nube negra en ese punto que estaba al otro lado del océano que sobrepasaba el mar como que se avecinaba una gran tempestad y vi como la precipitación de esa tempestad en el noreste se acercaba a nuestro continente en una forma sutil. Mire al cielo y ya no estaba la Virgen, sólo se veía que el cielo se estaba nublando como cuando se aproxima una gran tormenta y escuche la voz de una mujer que me dijo: ¡avísales a los centros gnósticos que ya no sigan confiados que se preparen trabajando intensamente con los tres factores de la revolución de la consciencia, porque cerca esta el fin de los tiempos!, y vi algunos centros gnósticos y vi a la gente charlando de la CONSCIENCIA DEL ALMA, exponiéndola entre ellos muy tranquilamente, compartiendo opiniones como club de amigos y pude ver como esa precipitación llegaba a sus ciudades hasta el punto que se venía una gran tormenta, luego me sentí identificado con el lugar y vi un hombre de piel muy blanca con vestido blanco, con una blancura que no existe en este mundo físico, este hombre se acercó al centro de la sabiduria del alma a unos pasos de la puerta y les gritó, con gran autoridad y dijo: ¡miren hacia el cielo y vean las señales, porque vienen grandes cambios y algo grande sucederá!. Pero no lo escucharon, seguían compartiendo la sabiduria, muy amigablemente en un ambiente muy familiar o acogedor y entonces miré a mi madre terrenal y me dijo: ¡avísales cuando despiertes! y desperté.
Otro día tuve otra experiencia parecida, soñé que en la sala de mi casa en Honduras, que tiene una puerta hacia el noreste, estaba Jesús crucificado y la Virgen llorando. En esta ocasión sentí un gran sentimiento de culpa y me puse a llorar al ver las lágrimas del Cristo y la Virgen, sus cuerpos irradiaban una gran luz; luego vi que venía una multitud de gente vestidos de blanco, cantando canciones cristianas y decían ¡viva el evangelio! con la Biblia en mano, y miré que eran de la religión evangelista o cristianos, salí corriendo y les dije: ¡vengan a mi casa que la Virgen y él Cristo me han visitado y están en mi casa llorando! y me contestó una mujer que era la líder del grupo y dijo: ¿cuál Virgen? esa no es una virgen esa es una (...omito la expresión, pues una gran ofensa y vulgaridad..) y se expresó de la peor manera que alguien puede insultar a otra persona y todos los que con ella estaban empezaron a decir toda clase de groserías contra la Virgen y vi que cuando hablaban sus bocas, por dentro eran negras y sus ojos también y su aliento era inmundo. Les dije: ¡oigan la virgen existe, porque se expresan de esa manera tan penosa! y gritó la líder del grupo con gran ironía si esa (...la misma ofensa y vulgaridad?) existe, que llueva ahorita y cuando esa mujer pronunció, eso se vino una gran tormenta con truenos y rayos y toda aquella congregación salió corriendo abatida por la tempestad y daban gritos de auxilio, caían grandes gotas de lluvia del tamaño de una pelota de fútbol, esas gotas eran las lagrimas de la Virgen. Después que cayó o terminó esta gran tormenta, vi grandes brigadas de médicos internacionales en estado de emergencia ayudando a la gente, después vi que salía el sol entre las nubes como cuando amanece con gran esplendor y todos los que estábamos miramos la salida del sol, sonreímos de felicidad porque sabíamos que Dios, nos daba otra oportunidad. Hermano le mando estas experiencias porque cuando soñé me acorde de usted. EMIN PALENCIA. Cámara "B"
Hermano, mientras dormía tuve la siguiente experiencia onírica: vi a la Virgen en el cielo llorando, mire su rostro hasta la altura del pecho, su piel era color canela, sus ojos café claro y tenía un manto en su cabeza que sobrepasaba sus hombros, su manto y su vestido eran de colores verde, morado, blanco, amarillo, azul, semejante a un arcoiris, su rostro y su cabeza irradiaban luz como el sol y miré que lloraba mirando hacia el noreste, aproximadamente 15 grados del este al norte y yo la miraba desde el suelo. Recuerdo que sentí un sentimiento de culpa, le dije: ¿por qué lloras madre mía? e inclinó su cabeza, me miró y vi como sus lágrimas salían de sus ojos, mire en su mirada una gran ternura y me puse a llorar profundamente. Volvió su mirada al noreste y también volteé a ver al noreste (viendo el noreste de mi país Honduras), vi una nube negra en ese punto que estaba al otro lado del océano que sobrepasaba el mar como que se avecinaba una gran tempestad y vi como la precipitación de esa tempestad en el noreste se acercaba a nuestro continente en una forma sutil. Mire al cielo y ya no estaba la Virgen, sólo se veía que el cielo se estaba nublando como cuando se aproxima una gran tormenta y escuche la voz de una mujer que me dijo: ¡avísales a los centros gnósticos que ya no sigan confiados que se preparen trabajando intensamente con los tres factores de la revolución de la consciencia, porque cerca esta el fin de los tiempos!, y vi algunos centros gnósticos y vi a la gente charlando de la CONSCIENCIA DEL ALMA, exponiéndola entre ellos muy tranquilamente, compartiendo opiniones como club de amigos y pude ver como esa precipitación llegaba a sus ciudades hasta el punto que se venía una gran tormenta, luego me sentí identificado con el lugar y vi un hombre de piel muy blanca con vestido blanco, con una blancura que no existe en este mundo físico, este hombre se acercó al centro de la sabiduria del alma a unos pasos de la puerta y les gritó, con gran autoridad y dijo: ¡miren hacia el cielo y vean las señales, porque vienen grandes cambios y algo grande sucederá!. Pero no lo escucharon, seguían compartiendo la sabiduria, muy amigablemente en un ambiente muy familiar o acogedor y entonces miré a mi madre terrenal y me dijo: ¡avísales cuando despiertes! y desperté.
Otro día tuve otra experiencia parecida, soñé que en la sala de mi casa en Honduras, que tiene una puerta hacia el noreste, estaba Jesús crucificado y la Virgen llorando. En esta ocasión sentí un gran sentimiento de culpa y me puse a llorar al ver las lágrimas del Cristo y la Virgen, sus cuerpos irradiaban una gran luz; luego vi que venía una multitud de gente vestidos de blanco, cantando canciones cristianas y decían ¡viva el evangelio! con la Biblia en mano, y miré que eran de la religión evangelista o cristianos, salí corriendo y les dije: ¡vengan a mi casa que la Virgen y él Cristo me han visitado y están en mi casa llorando! y me contestó una mujer que era la líder del grupo y dijo: ¿cuál Virgen? esa no es una virgen esa es una (...omito la expresión, pues una gran ofensa y vulgaridad..) y se expresó de la peor manera que alguien puede insultar a otra persona y todos los que con ella estaban empezaron a decir toda clase de groserías contra la Virgen y vi que cuando hablaban sus bocas, por dentro eran negras y sus ojos también y su aliento era inmundo. Les dije: ¡oigan la virgen existe, porque se expresan de esa manera tan penosa! y gritó la líder del grupo con gran ironía si esa (...la misma ofensa y vulgaridad?) existe, que llueva ahorita y cuando esa mujer pronunció, eso se vino una gran tormenta con truenos y rayos y toda aquella congregación salió corriendo abatida por la tempestad y daban gritos de auxilio, caían grandes gotas de lluvia del tamaño de una pelota de fútbol, esas gotas eran las lagrimas de la Virgen. Después que cayó o terminó esta gran tormenta, vi grandes brigadas de médicos internacionales en estado de emergencia ayudando a la gente, después vi que salía el sol entre las nubes como cuando amanece con gran esplendor y todos los que estábamos miramos la salida del sol, sonreímos de felicidad porque sabíamos que Dios, nos daba otra oportunidad. Hermano le mando estas experiencias porque cuando soñé me acorde de usted. EMIN PALENCIA. Cámara "B"